Ayuntamientos turísticos y cabildos reclaman una tasa, menos burocracia y no ocupar más suelo, sino renovar la actual planta alojativa

Acaldes de Adeje, Guía de Isora y los consejeros de Turismo de Tenerife y Lanzarote se mostraron partidarios de establecer una tasa por cada pernoctación de turista en las islas, unos fondos que fueran finalistas y gestionados por un nuevo ente, de carácter insular o municipal. El alcalde de Puerto de la Cruz, Lope Afonso, se ausentó del debate minutos antes de que surgiera esta polémica, aunque tradicionalmente siempre se ha mostrado contrario al impuesto. Pero sí discrepó con ellos públicamente el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, para quien un nuevo impuesto puede suponer un torpedo a nuestra principal industria. El establecimiento de la tasa turística, la excesiva burocracia, mejorar la redistribución de los ingresos de la industria, renovar y no ocupar más territorio y proteger aún más los espacios naturales fueron algunos de los ejes entre los que se movieron los representantes institucionales en el marco del congreso Turismo ¿invasión o recurso?, organizado por la viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias entre hoy y mañana en el exconvento de Santo Domingo, de La Laguna, con más de 150 asistentes.

“¿Por qué no plantearse un impuesto que pague solo el turista por noche consumida?, ¿cabe esa posibilidad? En nuestro partido no todos pensamos igual. Yo sí soy partidario de plantearla. Solo en Tenerife, serían varias decenas de millones de euros con los que podríamos hacer mucho más”, planteó Alberto Bernabé, consejero de Turismo de Tenerife. Su homólogo en Lanzarote, Echedey Eugenio Felipe se mostró partidario de estudiar la medida y el alcalde de Ajeje, José Miguel Rodríguez Fraga, recogió el guante y añadió: “soy partidario, el turista consume servicios, territorio, pero esos fondos deberían ser para los municipios; incluso disponer de la libertad de que cada uno decida si la quiere implantar o no. Y que sea para el desarrollo turístico. Calculo que, solo en Adeje, serían unos 15millones euros al año. Eso da mucho juego para mejorar servicios e infraestructuras”.

El jarro de agua fría lo aportó Marco Aurelio Pérez. “Pasamos de un IGIC del 4 al 7% y ahora al 6,50. Esos impuestos no se han trasladado en la mejora de servicios y prestaciones. Se ha acumulado dinero en ayuntamientos, porque tenemos techo de gasto. Tengo 162 millones en los bancos que no me dejan gastar”. Y añadió: “¿Para qué quiero penalizar al visitante en el territorio si no me lo puedo gastar? Recuerdo que Las Palmas de Gran Canaria era el lugar de España donde más pieles se vendían. A un político se le ocurrió penalizar las pieles. Desapareció el negocio. Cuidado con estas cuestiones, porque nos cargamos el sector”.

La primera mesa debate del congreso Turismo, invasión o recurso, congregó a más de 150 participantes, en el exconvento de Santo Domingo de La Laguna (Patrimonio Unesco de la Humanidad). Moderada por los periodistas Antonio Salazar y Marta Cantero, la mesa titulada Desarrollo territorial y políticas urbanísticas, ambientales y del paisaje urbano, contó con la participación de Alberto Bernabé, consejero Turismo de Tenerife, Lope Afonso, alcalde Puerto de la Cruz (que se ausentó a la mitad del debate para poder atender a otros compromisos), Echedey Eugenio Felipe, consejero de Turismo de Lanzarote, José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, Marco Aurelio Pérez, alcalde de San Bartolomé de Tirajana y Pedro Martín, alcalde de Guía de Isora.

Puerto de la Cruz pionero

Salazar recordó las palabras del presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, en la inauguración durante la mañana, en donde reconocía que este congreso “daba pie pie a reflexionar” a los gobernantes que están atrapados en la vorágine diaria. En su primera intervención, Lope Afonso reconoció que la vorágine de la gestión echa en falta la reflexión necesaria en un sector de vital importancia y su desarrollo en el territorio, “si queremos estar a la altura de los retos que el mercado nos impone”. Además, Afonso añadió que el turismo es un recurso antes que una invasión. “El turismo es el que ha transformado la fisonomía y la propia sociedad de Puerto de la Cruz. Como destino pionero, ese desarrollo tuvo un límite de 8,7 kilómetros cuadrados; es un municipio colmatado y con alta densidad de población. Aquello era un pequeño enclave con poca actividad portuaria de bienes agrícolas y luego vendría su idoneidad como destinos turístico”.

Lope Afonso dijo que la clave entre desarrollo y recurso “no es incrementar la capacidad de carga, asentado en el proceso de renovación iniciado hace años: así se garantiza pujanza económica, implicación de los vecinos y ganar competitividad en el entorno tan exigente como el actual”. Citó el hito de la ley de renovación de alojamientos turísticos y cómo el Puerto de la Cruz fue pionero en el relanzamiento de la marca turística y mejorar la obsolescencia de la planta alojativa pionera en España.

Lanzarote, 70% protegido

Por su parte, Echedey Eugenio Felipe señaló que reflexionar marca la diferencia entre un turismo invasor o como un recurso. “Lanzarote ha reflexionado de forma adecuada respecto al modelo turístico que queremos. La importancia de una figura conservadora como César Marique y el plan insular 91 con el 70% de protección del territorio han dado pie a un modelo de sociedad. En Lanzarote no se concibe la sociedad sin el turismo, es uno de los grandes valores que tenemos como destino.  Es la normativa la que nos debe marcar la diferenciación con otros destinos. Hemos puesto bien el freno, apostando por la calidad en vez del turismo de masa y somos un destino que ha crecido con cabeza”.

Tenerife, ejemplo público-privado

Alberto Bernabé reivindicó que Tenerife desde hace 26 años creó la Sociedad de Promoción Exterior de Tenerife, un consorcio privado y público, la mayor expresión de gestión compartida en la isla, donde participan en toma de decisiones municipios, agencias de viajes, Aena, centros iniciativas turísticas, universidad, patronal hotelera, partidos políticos y todos los sectores de la economía turística. “En el seno de esa máquina de consensos desde hace 14 años se diseña la estrategia turística de la isla de Tenerife, con más de 300 agentes participando y aportando ideas y opiniones sobre el sector, incluyendo las fuerzas de seguridad del Estado. No es frecuente que otros destinos turísticos tengan este modelo. Eso permite gestionar política turística y no hacer política con el turismo”.

Sobre el provocador título del congreso, Bernabé dijo que “las mejores páginas de la historia de la economía de Canarias las ha escrito el turismo. Otra cosa es no estar de acuerdo conque el éxito no es gratis y no es oro todo lo que reluce, como la presión sobre los recursos naturales. Hoy en Tenerife estamos un millón personas, de los que 120.000 son turistas. Antesdeayer, hace 15 años, en esta isla había 200.000 personas menos. Hemos crecido mucho.  Nuestro deber es gestionarlo con talento y que la mayor parte de esos recursos quede en Tenerife. Si nos abstrayéramos a una Canarias sin turismo, seríamos Cabo Verde, es decir, en los 50, en desarrollo, con un buen potencial”.

Ha faltado pensamiento turístico

José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje desde 1987, manifestó que se ha echado de menos una reflexión cualificada. “La universidad estuvo muchos años de espaldas al turismo. Nadie decidió que fuéramos turísticos. Alguien descubrió el Puerto de la Cruz y luego el sur. Al hilo de ese desarrollo hemos ido aprendiendo y reflexionando. Es verdad que la vorágine del día nos come, pero sí hemos echado de menos la reflexión profunda sobre el modelo de sociedad que se está construyendo y gestando. Debemos ser capaces de orientarlo hacia un mejor desarrollo turístico. Es la mejor época de la historia, con mayor riqueza y más distribución de la misma. Tenemos muchos retos por delante que responder y el crecimiento no puede ser ilimitado en un sistema tan complejo mayoritariamente en manos privadas. La gente viene y no quiere un lugar inseguro, sucio, sin patrimonio… El reto está en conseguir la misma calidad con gasto de menos recursos, menos residuos y menos desgaste ambiental y social. Si el turismo no sirve para mejorar la vida de los que vivimos aquí, no lo queremos para nada”.

Nadie sabe qué es un municipio turístico

Marco Aurelio Pérez lanzó como reflexión que el turismo nos ha transformado como sociedad. “Pensemos qué éramos en los años 50 y qué somos hoy. Una sociedad totalmente distinta demográfica, intelectual y social. Con yodos sus defectos, el saldo es el mejor que se ha podido. El alcalde de San Bartolomé se preguntó quién hoy no viaja o se mueve. Cada vez somos más. Y en ese viajo somos más los que hacemos turismo. El crecimiento de turistas en todo el mundo es exponencial. Canarias tiene una posición en el mundo, que también nos aleja de otros sitios”. Pérez apostó por limitar el crecimiento, pero a la vez no apartarse de la necesidad de crecer que tiene la industria hasta decidir entre los que quieren venir a los que aporten más a las islas.

Sobre la reflexión que necesita la industria, Pérez aseveró que “ha habido muy poco”. “Aún no he encontrado una definición de lo que es un municipio turístico. Y es una de las principales industrias del país. Eso evidencia falta de reflexión. En los años 60 sí se reflexionó sobre dónde había que desarrollar el turismo, pero ahora no. Han tenido que ser los pequeños municipios turísticos, que ocupan menos del 3% del territorio, los que han tenido que organizarse por su cuenta”.

Por fin se cuenta con los alcaldes

Pedro Martín aprovechó su turno para comentar con ironía que por fin se encontraba un foro en el que se cuenta con los alcaldes, “esos personajes de vida disulota, esa panda de iletrados, encantados de repartir licencias y embolsarse cantidades… El turismo en muchos lugares del sur, en sus principios, fue la única alternativa para asfaltar calles, generar alumbrados, arreglar colegios y clasificar suelo. La nueva ley del suelo prohíbe la creación de nuevos suelos turísticos. Ya no hay presión, el debate es otro. Necesitamos crear una nueva propuesta para quien nos visita, respetuosa con el medio ambiente. Tenemos un a oportunidad magnífica para ello. Me pregunto cuántos consejeros de Turismo se conocen en Canarias. No tienen peso alguno. Solo el 1% del presupuesto de esta comunidad autónoma se dedica al turismo. Quiero invertir eso. El turismo debe ser el generador de una mejora de la sostenibilidad”.

Martín habló de la recuperación de la costa, del fomento de espacios agrícolas para producir kilómetro cero y trasladar esa producción a la industria turística, como segunda oportunidad laboral para parados de larga duración para mayores de 45 años y recuperación de tantos eriales. Martín dijo que tan necesario es recordar los errores, como recordar el 42% de espacios protegidos, frente a otros muchos territorios como Baleares, con 14% protegido. “Evitemos errores del pasado proyectándonos con una industria que dure muchas décadas”, concluyó”.

La periodista Marta Cantero incidió en la presencia de dos niveles de administración, como municipios y cabildos de distinto color político. Cantero planteó a la mesa dos cuestiones: la convergencia de lo público y lo privado por qué solo ha habido un modelo de éxito, que es Tenerife y, en segundo lugar, si el turismo es un negocio privado que representa 35% PIB con más de 350.000 puestos de trabajo, qué papel pueden hacer las entidades públicas.

Alberto Bernabé reivindicó los planes insulares de ordenación y los planes de ordenación turística. “Tenerife definió un modelo de concentración, solo en siete ámbitos. Tenerife se vio a si misma en un modelo en el que la densidad turística solo fuera el 2% para seis millones de turistas/año. No impide camas de baja densidad en otros lugares, pero el hotel con gran volumen de camas debe estar concentrado para minimizar su impacto. Otra cosa es el impacto de todos esos turistas moviéndose por toda la isla. No le veo sentido a fijar un número límite, el cliente sabe lo que quiere, pero sí tenemos capacidad de regular zonas sensibles, como paisaje, naturaleza, mar. Por ejemplo, Adeje tiene el Barranco del infierno y todo el que quiera entrar, paga por un guía y un equipo de protección. Lo mismo en Masca o Teno, de las visitas más bonitas de Tenerife que podía ser frustrante si te topas con un almacén de coches. El modelo de Tenerife es muy cercano al éxito, con mucho aún que aprender” y coincidió con Pedro Martín en la labor de recuperación de espacios agrícolas para producir bienes alimenticios de calidad para la industria.

Rehabilitar con calidad

Lope Afonso destacó el modelo de cooperación entre administraciones para gestionar más eficiente los recursos en la industria turística. Este plan de modernización ya está dando los resultados adecuados. Todo concentrado en la rehabilitación con calidad. Y la calidad debe ir asociada con la sostenibilidad. Habló también de la huella. “Renovar atendiendo a las tendencias del mercado, pero no degradar más un territorio sobrecargado y atender las nuevas tendencias de la industria que valoran políticas verdes y sostenibles. Tenemos ya la conciencia y recursos para seguir esta línea en el futuro. El principal productor de residuos era la industria y debemos tender a que deje de serlo. Este debe ser un sector estratégico en manos privados con un marco jurídico adecuado que genere plusvalías para los que vivimos permanentemente en este territorio”.

Marco Aurelio Pérez habló de “envidias y otros defectos que tenemos de fábrica que impidieron planes de modernización como el pionero en San Bartolomé de Tirajana”. “Aquellos más de 60 proyectos fueron una experiencia muy exitosa. Lo que oferta cada municipio en Canarias es distinto. Son productos distintos y la norma global no contempla esa especificidad. Los destinos maduros tenemos la obligación de renovarnos y no seguir consumiendo territorio”.

Rodríguez Fraga reclamó la inteligencia aplicada al municipio turístico. “En su momento quitamos 100.000 camas del mercado y unificamos todo lo que había, incluido un sistema pionero de tratamiento de aguas residuales, el mejor de toda Canarias. Desala, depura y restituye al sistema. La calidad tenía que venir de la mano de los hoteles, no apartamentos. El que hace un hotel se compromete. Y aquella decisión fue bastante acertada. Y, en un segundo nivel, la calidad pasa por el servicio, que necesita perfiles cualificados para romper la condena de ocupar solo los puestos más bajos. Antes la formación se daba, cuando se daba, en los garages de los hoteles. Ahora tenemos un centro muy potente de formación turística. Muchos de nuestros hoteles ya tienen el 90% consumo energético cero y ofertan productos agrícolas y ganaderos kilómetro cero”.

Pedro Martín señaló que cada vez había mayor conciencia ambiental. “Nos queda hacer de Tenerife una isla más permeable, echo de menos una idea de isla, hoy con el desastre de carreteras que tenemos. Debemos facilitar las conexiones dentro de la isla. Un plan general no puede llevarnos ser diez años de gestión. Entiendo que un alcalde ni se meta en ello”.

Preguntas incómodas

Ya en un tono claramente provocador y divertido, Alberto Bernabé introdujo en el debate cuestiones duras de plantearse para un destino turístico líder, como es Tenerife: ¿por qué el centro de mayor de formación turística de España está en Málaga y no aquí?, ¿por qué no hay en Canarias un turoperador relevante de verdad?, ¿por qué no una tenemos línea aérea potente de carácter nacional e internacional?, ¿por qué no somos líderes en innovación tecnológica turística?, ¿por qué el máximo inversor en costas es cabildo y los ayuntamiento?, ¿por que si quiero hablar con los responsables de las mayores cadenas hoteleras tengo que ir a Mallorca, porque son los que tienen la gran parte de las camas de canarias?, ¿por qué tenemos poca propiedad de las camas?”. Para concluir: “esto es un negocio en territorio Schengen. No sabemos qué podemos haber hecho muchísimo mejor. Estoy contento pero vale la pena ser autocrítico”.

Rodríguez Fraga. Es una locura 10 años para un plan general. En el escenario normativo actual, el desarrollo turístico actual de Tenerife sería inviable. Demasiados agentes administrativos sobre el mismo asunto. Hay que pasar por más de 20 departamentos, sin contar con los problemas judiciales que te puedes encontrar. Los planeamientos generales deberíar ser de mínimos y a partir de ahí adaptarlos a la especifidad de cada territorio.

Diarrea legislativa

Marco Aurelio lamentó que “padecemos una diarrea legislativa; hemos ido aprobando normas constantemente desde la ley del 57 hasta 2017”. Pedro Martín coincidió con él. “No puede ocurrir que se necesiten hasta 65 informes sectoriales para poder tramitar un documento de un hotel. En el caso de Canarias, en dos años, ningún ayuntamiento, sobre ningún plan había conseguido aprobarlo en primera instancia. Y les aseguro que no todos somos ineptos. Hay que buscar mayores certezas en la norma. No hacer proyectos en planteamientos utópicos, sin tener en cuenta la realidad de ese territorio. Un clamor evidente es homogeneizar y reducir el entorno normativo”. Martín se mostró partidario de impuestos no solo a los que nos visitan. Abogó, por ejemplo, en una labor intensa de sacar todas las camas. “Mayor inspección, levantar todos los productos que no están cumpliendo con el fisco”.

Espacios naturales protegidos

Para finalizar, Marta Cantero planteó qué hacer con los espacios naturales y su regulación.

Echedey Eugenio Felipe dijo que la gestión de los espacios naturales debe ser propia de esos espacios. “La actividad turística es secundaria, porque no existiría si no estuviera cuidada. Timanfaya existen medidas de regulación y de mejora de la visita. El modelo debe ser ése. Nadie se asombra que para entrar a La Alhambra haya que pedir tickets con semanas de antelación y sí nos negamos a una medida similar en Timanfaya o el Teide. Debemos apostar por la conservación del territorio. Si no, tendríamos peores espacios y dejarían de visitarnos. No es lo mismo disfrutar un espacio rodeado de 20 o 300 personas y eso debe tener un valor”.

 

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